La semana pasada comencé a hablar sobre el descanso físico, y hoy quiero compartir sobre el descanso mental. Durante esta última semana he estado reflexionando mucho en esto, especialmente porque mi mente ha estado llena de tantas cosas: la Navidad, los preparativos para viajar y ver a la familia, preguntarme si tengo todo lo que necesito, terminar las últimas semanas de educación en casa de este año, etc. Y al reflexionar, me di cuenta de que, sin importar cuán ocupada esté o no, siempre hay algunas cosas que sigo olvidando… es parte de la vida.
Es muy importante que nuestra mente descanse, porque de lo contrario nos cuesta concentrarnos. ¡Ay Dios! Esa es totalmente mi vida. A veces estoy lavando los platos y, al mismo tiempo, pensando que necesito lavar la ropa y leer mi devocional. De pronto, unos minutos después, me doy cuenta de que fui a mi cuarto y no recuerdo por qué. Estoy ahí, parada por tres minutos, mirando la ropa sucia, tratando de recordar qué estaba haciendo. ¡Jaja! ¿Te ha pasado a ti o solo a mí?
Últimamente, no sé si será la perimenopausia porque he leído que puede causar niebla mental, pero no puedo creer que esto me esté pasando. Sin embargo, en estos últimos meses decidí hacer un cambio. El Señor comenzó a mostrarme que esto no es algo reciente, sino que llevo años viviendo así, haciendo muchas cosas al mismo tiempo. Alguien una vez me dijo: “Wendy, eres muy buena haciendo multitarea”, y en ese momento me sentí orgullosa. Pero ahora ya no estoy tan segura de que eso haya sido algo tan bueno.
Así que he comenzado a cambiar y a aprender en esta nueva temporada con Dios. Estoy invitando al Espíritu Santo a hacer Su obra en mí y a guiarme mientras aprendo a estar más presente en todo lo que hago. Ahora, cuando lavo los platos, me enfoco solo en eso e intento no dejar que mi mente se vaya a las mil cosas que “tengo que hacer”, porque al final termino no haciendo ninguna bien. Él también me ha estado mostrando cuánto sobre piensa mi mente y cómo no se detiene fácilmente.
Una de las formas en que he aprendido a darle descanso a mi mente es a través de cosas sencillas y hasta divertidas, como ver comedias y permitirme reír. He empezado a observar cómo soy cuando estoy bajo estrés y cómo eso afecta a quienes me rodean, y también cómo soy cuando mi mente está en descanso. Puedo decirte que hay una diferencia enorme. 
Así que este es mi desafío personal para esta semana: reír más y permitir que mi mente descanse. Estoy agradecida con el Señor por nuestra mente y por Su Palabra, que nos recuerda la importancia de renovar nuestros pensamientos.
Colosenses 3:10 nos anima a ser transformados en nuestra manera de pensar, a dejar los viejos patrones, abrazar la verdad de Dios y adoptar una nueva mentalidad por medio de Su Palabra y la obra del Espíritu Santo.
Mi oración hoy es que, si eres como yo, podamos invitar al Señor a transformar nuestra manera de pensar, dejando atrás cualquier patrón antiguo para abrazar Su verdad. Él quiere que vivamos en abundancia, y muchas veces nuestra mente está llena de muchas cosas… menos de la vida y la abundancia del Reino.
(Esta foto muestra algunos de nuestros momentos divirtiéndonos, siendo chistoso, bailando y riendo muchísimo. Algunas son del fin de semana y otras de hace unos años)