Esta semana, muchos de los miembros de nuestro equipo están viajando a Brasil de cruzada misionera, uniéndose a otros equipos de JUCUM (YWAM) de todo el mundo en la COP30.
Estarán enseñando en iglesias locales sobre el cuidado de la creación y cómo Dios nos ha llamado a ser buenos administradores de este planeta. A través de esto, también trabajarán con las iglesias locales para alcanzar a la ciudad y a las comunidades que viven en las islas del río Amazonas.
Mientras estoy aquí despidiendo y orando por nuestros compañeros de equipo, se me viene a la mente un momento pasado en JUCUM. Fue durante la Escuela de Discipulado de Wendy, cuando el equipo se preparaba para ir a Tailandia. Yo estaba sirviendo como parte del personal de la escuela y también estaba preparandome para unirme al equipo de salida. Pero en el tiempo que estaba orando por el viaje, sentí que Dios me guiaba a un pasaje en Números 4:
“Este es el deber de su servicio en el tabernáculo de reunión: llevar las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas y sus basas; las columnas alrededor del atrio, sus basas, sus estacas y sus cuerdas, con todos sus utensilios y con todo su servicio; y haréis lista por sus nombres de los objetos que están obligados a llevar.”
— Números 4:31–32
Dios había llamado a personas de la tribu de Leví a cuidar de las estacas del tabernáculo. En ese momento sentí que Dios me decía que no fuera en esa cruzada, sino que me quedara para cuidar del ministerio en el que estábamos (había varios trabajos que debían hacerse mientras el equipo estuviera fuera).
Fue una palabra de ánimo de parte de Dios, recordándome que todos tenemos un papel que desempeñar. A veces, en el ministerio, vemos las cosas que parecen más emocionantes, y otras veces están aquellas que simplemente necesitan hacerse como cuidar las estacas. Y hay una temporada para cada una.
Así que, mientras parte de nuestro equipo viaja, los que nos quedamos aquí en Cornwall estaremos cuidando de lo que Dios nos ha confiado. Ninguno de los dos roles es más importante que el otro, y realmente puedo decir que es un gozo servir cuidando de nuestras “estacas”.
Estoy muy emocionado de escuchar los testimonios cuando el equipo regrese, y también de compartir nuestras propias historias de este tiempo aquí en Cornwall.